Después de un entrenamiento agotador, no puedo esperar a aceptar tratamientos de agua. Eliminan los olores desagradables y también relajan y tonifican los músculos cansados. ¿Cuál es la temperatura del agua más preferible en este caso?
Sobre una ducha fría
Una ducha fría puede animarte después de un buen entrenamiento y llenar al deportista de una carga de energía. Para una persona capacitada y saludable, este procedimiento es seguro. Los vasos endurecidos se contraen rápidamente bajo la influencia del frío, lo que acelera el flujo sanguíneo. El cuerpo está saturado de oxígeno en el menor tiempo posible, y una persona recibe una sensación de vigor y frescura. Esto se debe a la producción de glutatión, que es un poderoso antioxidante. Otro momento positivo de tomar una ducha fría se asocia con el hecho de que después de ella se siente menos dolor y tensión en los músculos cansados por el estrés. Como resultado, el atleta no experimenta molestias después de practicar deportes.
En el caso de que una persona no esté preparada y endurecida, el tono vascular es bastante débil. Luego, bajo una ducha fría, no tienen tiempo de contraerse en el momento adecuado y, por el contrario, relajarse. La persona comienza a quedarse dormida. Y en lugar de la esperada oleada de fuerza, obtiene el efecto completamente opuesto.
La opción de ducha ideal después de las actividades deportivas es una alternancia de agua fría y caliente. Se debe tomar una ducha de contraste durante 7-10 minutos.
Cómo tomar una ducha fría
Una persona que acaba de empezar a acudir al gimnasio debe observar la medida en todo: tanto en cargas como en la duración de las clases. No debes bañarte bajo una ducha de hielo inmediatamente después del entrenamiento. Relájese durante 10-15 minutos, restableciendo un ritmo tranquilo de respiración y latidos cardíacos. La temperatura del agua en la ducha primero debe ser de al menos 38 grados. Después de reposar bajo agua fría por un tiempo, déjela un poco más fría.
Es necesario acostumbrar el cuerpo al frío gradualmente, cada vez bajando ligeramente la temperatura del agua. La época ideal del año para empezar a endurecerse después del ejercicio es el verano.
Al tomar una ducha fría, evite mojarse la cabeza para evitar resfriados o incluso meningitis.
¿Quién está contraindicado en una ducha fría?
Varias enfermedades como la tromboflebitis, la oncología o la hipertensión son una contraindicación estricta para tomar una ducha fría, pero en este caso, la ducha se puede reemplazar con un baño relajante. Si hay enfermedades cardíacas presentes: arritmia, malformación, se requiere consulta previa con un médico. En otros casos, si el procedimiento en sí no causa sensaciones desagradables, pero, por el contrario, genera emociones positivas, una ducha fría después del entrenamiento es buena para la salud y el bienestar.