Seguramente no todo el mundo está familiarizado con el término "cortisol". El cortisol es una de las hormonas del estrés. ¡Y como sabes, el estrés es una condición perjudicial para el cuerpo y más aún para los músculos!
El principal atributo de esta hormona del estrés, que va de la mano con lo negativo para las fibras musculares, es su capacidad para destruir las proteínas musculares, es decir, el cortisol literalmente toma energía directamente de los músculos. El cortisol también contribuye al depósito de grasa abdominal. ¿En qué casos son posibles estos procesos negativos en el cuerpo humano? Como puede suponer, en varios tipos de situaciones negativas, acompañadas de estrés emocional. Pueden ser: peleas, escándalos, agitación y otros fenómenos negativos similares.
Para contrarrestar dicho estrés, es necesario un estrés positivo, es decir, el entrenamiento de fuerza. Al entrenar con hierro, las hormonas se activan en el cuerpo que desarrollan los músculos. En este proceso, estas hormonas aumentan sobre el cortisol. Y, como se mencionó sobre los depósitos de grasa en la cavidad abdominal debido al cortisol, entonces no debemos olvidarnos de las cargas cardiovasculares. Además, los médicos deportivos recomiendan realizar entrenamientos cardiovasculares con el estómago vacío, para que la grasa subcutánea sirva de combustible al cuerpo durante dicho entrenamiento. Además, el cortisol se puede combatir manteniendo niveles óptimos de glucosa y aminoácidos en el organismo, es decir, no olvides consumir carbohidratos y proteína de suero. Estos elementos ayudarán al cuerpo a suprimir la secreción de cortisol.
Además, se recomienda ingerir alimentos antes de acostarse, para que durante el sueño el organismo mantenga el nivel adecuado de glucosa y aminoácidos, lo que nuevamente inhibe el cortisol y protege a los músculos del llamado "rociado".