Los resultados de la actuación de los rusos en la pista en los Juegos Olímpicos de Londres parecen deprimentes, aunque resultaron ser bastante esperados. Se puede rastrear un patrón: el ciclismo está perdiendo su atractivo en nuestro país y, al mismo tiempo, las calificaciones de los atletas rusos están disminuyendo.
Durante la era soviética, los ciclistas nacionales mostraron resultados completamente diferentes. En su preparación participaron los mejores entrenadores del país. Se creó un sistema de formación en el que trabajaron los científicos. Todo se tuvo en cuenta: las últimas investigaciones físicas y biológicas, investigaciones en el campo de la nutrición. Incluso se utilizó la experiencia de entrenar cosmonautas rusos. Sobre la base del Instituto de Educación Física de Kiev, un grupo científico trabajó para encontrar la mejor manera de entrenar para los atletas rusos. Sin embargo, después de la perestroika, todos los desarrollos progresivos se han hundido en el olvido: no había tiempo para el ciclismo. Ahora los británicos y los australianos se llevan premios en los Juegos Olímpicos. Cuentan con técnicas modernas, equipos de calidad y excelentes lugares de entrenamiento.
Para un ruso moderno, un deseo no es suficiente para empezar a andar en bicicleta. Hay demasiados coches en las ciudades y no todos los conductores son educados en las carreteras y siguen las normas de tráfico. No hay rastreadores de bicicletas dedicados ni senderos para bicicletas, al igual que no hay senderos para bicicletas regulares en la mayoría de las ciudades. La gente tiene miedo de andar por las calles, porque los accidentes que involucran a ciclistas no son infrecuentes. Además, los padres no quieren que sus hijos vayan en bicicleta para no ponerlos en peligro.
En los países occidentales, la situación es diferente. Las bicicletas son un medio de transporte popular, y en Inglaterra casi una de cada dos personas las usa. El propio alcalde de Londres va en bicicleta al trabajo todas las mañanas. También creó una enorme red de alquiler de bicicletas, donde un paseo en bicicleta de hasta media hora es gratuito, que los londinenses disfrutan usar.
Sin embargo, el ciclismo en Rusia todavía tiene posibilidades. En Omsk, ya se ha despejado un sitio para la construcción de una nueva pista. También se está desarrollando un proyecto para la construcción de un estadio para bicicletas en Ekaterimburgo. Y en Adler, después de los Juegos Olímpicos de 2014, está previsto convertir el estadio de patinaje artístico en una pista para bicicletas. Quizás estas medidas ayuden a que el ciclismo recupere su atractivo.