Es muy importante meditar al mismo tiempo. Es muy deseable que la práctica se realice en el mismo lugar y tenga una frecuencia clara. Por ejemplo, media hora antes de acostarnos. O veinte minutos después de que nos despertamos.
Una buena opción si la meditación se produce después de practicar otro tipo de yoga. Alternativamente, después de haber practicado las asanas, nos tomamos un tiempo para meditar.
La importancia de la periodicidad en la práctica de la meditación
La periodicidad juega un papel muy importante, porque si meditamos todos los días en el mismo lugar y a la misma hora, entonces el universo entra en resonancia con nosotros. Según las enseñanzas del yoga, además de nuestro cuerpo físico, existen otros cuerpos que consisten en materia más sutil. Todos nuestros cuerpos responden a acciones repetitivas.
En el caso del cuerpo físico, esto se puede observar en el sistema nervioso. Cuando la acción se repite día tras día, puede tener un efecto tremendo. Si hablamos de la práctica de la meditación, entonces este efecto será sumamente positivo para el practicante.
Las prácticas de meditación que ocurren regularmente y a intervalos regulares tienen un efecto calmante. Un día practicas, segundo, tercero, semana, mes, año, tres años.
En algún momento, se sintoniza una resonancia interna con el Universo. Tu práctica sufre un cambio cualitativo y llegas a un nivel en el que todo deja de molestarte en absoluto.
Y cuando una persona es capaz de controlar sus reacciones emocionales, no desperdicia su fuerza vital a derecha e izquierda, en todo lo que no lo lleva a sus metas. Una persona así se vuelve serena, serena y eficaz.
Si no puede practicar al mismo tiempo, practique en el mismo lugar. Y viceversa. En general, use las condiciones que ya existen, no espere las condiciones ideales.