Es muy importante comprender que la meditación es un proceso natural y armonioso. No debe convertirse en algo difícil y antinatural para quien lo practica.
Muchos practicantes de meditación principiantes piensan que necesitan esforzarse de cierta manera. Más tarde, si logran familiarizarse con la meditación del "yoga real", a veces incluso experimentan desilusión. Esperaban algo complicado y abstruso, pero resultó que no todo era así.
La meditación es un proceso natural, que por sus características se acerca más al juego de un niño que a una práctica ascética en la que hay que esforzarse mucho.
Los niños, por ejemplo, mientras juegan, pueden pensar en algo, sumergirse en sus sueños. La práctica de la meditación es muy similar a esta "ocupación". Pero durante este proceso interno aparentemente simple y misterioso tienen lugar.
Si nos fijamos el objetivo de comprender cómo funcionan estos procesos profundos, entonces deberíamos recurrir a los antiguos tratados de yoga. Si entendemos cómo funciona este mecanismo o no, no importa. Lo importante es que si practicamos la meditación de manera armoniosa y regular, ¡definitivamente obtendremos el resultado!
Cómo meditamos es muy importante. Recordamos que este es un proceso natural. Comenzamos a practicar de la forma en que es posible. Poco a poco, nuestra mente, a la que le encanta controlarlo todo, se irá soltando. En un estado más relajado, la práctica será mucho más productiva.
Los objetivos importantes de la práctica de la meditación son precisamente la capacidad de relajar la mente, dejar ir los problemas y sumergirse en su mundo interior. De esta habilidad dependerá su éxito en la práctica de la meditación.