Los pliegues de grasa en la espalda atraen la atención de pocos. Después de todo, una persona no ve su espalda. Y si no ve, no se preocupa. Sin embargo, al ponerse la ropa con la espalda abierta y admirarse en el espejo, es difícil no notar estas "alas" grasas. Se ven, por supuesto, horribles, pero su presencia no es una oración, sino una llamada a la acción.
Instrucciones
Paso 1
Dieta: ponte a dieta. La dieta para bajar de peso se basa en un principio, que es que una persona que quiera perder peso debe consumir menos calorías de las que gasta. Al mismo tiempo, la nutrición debe ser equilibrada. Desequilibrado o demasiado bajo en calorías (algunos logran reducir su dieta a 3-4 cien kilocalorías por día a un ritmo de 2-2,5 mil) amenaza con que el metabolismo se ralentice, el cuerpo se en estado de sitio, y engordarás incluso con un sorbo de agua.
Paso 2
Ejercicio La actividad física es un atributo esencial de cualquier pérdida de peso. Los ejercicios suavizarán rápidamente cualquier pliegue, incluso en la espalda, incluso en otras partes del cuerpo. Prueba los siguientes ejercicios dos veces al día: - Ponte a cuatro patas, descansa sobre las manos y las rodillas, estira el brazo derecho y la pierna izquierda hacia adelante al mismo tiempo. Mantenga la postura durante unos segundos, luego regrese a la posición inicial y luego extienda el brazo izquierdo y la pierna derecha hacia adelante. Esta es una repetición. Tales repeticiones deben hacerse al menos 10; - acuéstese en el suelo - boca abajo. Manos a lo largo del cuerpo. Mientras inhala, levante los brazos, las piernas, los hombros y las caderas del suelo y mantenga esta posición durante unos segundos. Tírate al suelo y relájate. Este efectivo ejercicio de espalda debe repetirse al menos 10 veces. Asegúrese de incluir ejercicio aeróbico (cardio) que queme bien la grasa en sus entrenamientos diarios. No descuides las mancuernas. Solo con su ayuda se puede adquirir una buena forma de la parte superior del cuerpo y los brazos.
Paso 3
Estilo de vida El estilo de vida que lleva no puede dejar de reflejar su apariencia. No es de extrañar que digan que el que siembra un hábito cosechará el destino. Y sus hábitos rituales diarios le han llevado a donde se encuentra ahora. Conoces perfectamente esos hábitos que te llevaron al estado en el que te encuentras. Haga un inventario de ellos y reemplace gradualmente cada uno por uno más saludable. Además, la palabra clave aquí es "gradualmente". Reemplazar el hábito de comer platos grasos y abundantes por, digamos, una caminata nocturna (por cierto, una persona debe caminar al menos 10,000 pasos al día, que son unos 5 kilómetros). Intente dar un paseo mientras la familia se sienta a disfrutar de una cena abundante y poco saludable. Y los beneficios y sin tentaciones: redefine tu pasatiempo favorito de fin de semana. En lugar de comer dulces frente al televisor, vaya en bicicleta o salga con los niños, por ejemplo. Etc.