El entrenamiento de natación comienza con ejercicios de respiración, que se realizan mejor en la piscina bajo la guía de un entrenador. La respiración correcta es la base de la técnica de natación.
Para nadar bien, permanecer en el agua con confianza y no cansarse al nadar largas distancias, es muy importante aprender a respirar correctamente. La respiración debe ser uniforme, rítmica y sincronizada con los movimientos y las respiraciones profundas. El problema más común para los nadadores principiantes es contener la respiración durante las brazadas y tratar de exhalar solo por la nariz.
Técnica de respiración al nadar
La técnica de respiración correcta se basa en una exhalación profunda, tomada en el momento en que el rostro del nadador está ligeramente sumergido en el agua. La exhalación debe realizarse sin demora, ya que el exceso de aire en los pulmones ejerce presión sobre los músculos pectorales y afecta negativamente la velocidad de nado.
En los intervalos entre respiraciones, la cabeza debe mantenerse recta. No mueva la cabeza de lado a lado, esto provoca una falta de coordinación de movimientos. Intente mirar un punto frente a usted. No intente levantar la cabeza demasiado alto y mirar hacia arriba, esto puede lastimar su cuello, pero la respiración no será más fácil para usted desde esta posición de la cabeza.
Ejercicios de respiración
Para empezar, se recomienda practicar en la piscina y realizar un ejercicio llamado "flotar". No solo los adultos, sino también los niños pueden hacer frente fácilmente a este ejercicio. Respire hondo, luego siéntese y sumérjase de cabeza en el agua durante 10-15 segundos. Trate de envolver sus manos alrededor de sus rodillas bajo el agua, cuente hasta quince en silencio y levántese. Se recomienda hacer este ejercicio al menos 10 veces en un entrenamiento.
El siguiente ejercicio es un poco más difícil, pero te ayudará a practicar la sincronización respiratoria, que es muy importante para la natación de larga distancia. Este ejercicio también se practica mejor en la piscina. De pie en el agua hasta la cintura, inclínese hacia adelante de modo que los labios apenas toquen la superficie del agua y apoye las palmas de las manos sobre las rodillas. Respire profundamente por la boca, sumerja la cara en el agua y luego exhale lentamente en el agua. Levante la cabeza suavemente por encima del agua y respire una vez más. Luego, vuelva a sumergir la cara en el agua y exhale.
Levantar la cabeza y bajar la cara al agua debe hacerse al mismo ritmo, sin distraerse ni confundirse. Es importante coordinar sus movimientos de tal manera que al final de la exhalación en el agua, comience a levantar la cabeza. Este ejercicio se repite durante la primera sesión de entrenamiento de 10 a 15 veces, en los entrenamientos posteriores se puede repetir de 20 a 30 veces.