Para que la lucha termine en victoria, además del poder del golpe y la habilidad, el atleta necesita la capacidad de soportar el dolor. Todas las peleas entre dos oponentes, sea de boxeo o de lucha libre, van acompañadas de golpes, lesiones, agarres dolorosos que hay que soportar estoicamente.
Instrucciones
Paso 1
El dolor a veces se vuelve insoportable, principalmente esto sucede con un fuerte efecto destructivo en el cuerpo. El cuerpo le indica a la persona que es necesario reaccionar de alguna manera y cambiar las tácticas de acción. Esto no siempre satisface las necesidades del deportista en un momento determinado, por lo que los deportistas quieren bajar un poco su sensibilidad para que no interfiera con su victoria.
Paso 2
A nivel psicológico, el dolor oprime y sumerge a la persona en un estado de pánico. La sensibilidad varía de persona a persona. Hay aumento (hiperalgesia) y disminución (hipoalgesia), pero puede estar ausente por completo (analgesia). Los médicos han notado que los hombres sienten un dolor prolongado de manera más aguda que las mujeres.
Paso 3
Es difícil adaptarse a las sensaciones dolorosas, este proceso se divide en fisiológico y psicológico. Y en ambos casos, necesita formación y coherencia. Poco a poco, bajo la influencia de influencias repetidas y prolongadas (golpes), se produce una reestructuración de las funciones del cuerpo, lo que empuja el marco marcado por la naturaleza. En una palabra, hay una adicción al dolor, la sensibilidad de los golpes disminuye.
Paso 4
Los ninjas japoneses, literalmente desde el nacimiento, comenzaron a enseñar a sus bebés a sentir dolor. Las ligeras bofetadas y los pellizcos fueron reemplazados gradualmente por golpes bastante fuertes. En la etapa final, los niños mayores sufrieron palizas regulares con un palo de madera facetado. Estos niños resultaron ser guerreros legendarios, al parecer, podían superar cualquier cosa y todo.
Paso 5
La ciencia moderna ha confirmado la eficacia de este método en ratas. Los adultos que crecieron a partir de las ratas que participaron en el experimento fueron sorprendentemente diferentes de los animales comunes. Demostraron ser resistentes no solo al dolor y las lesiones, sino también al hambre y al frío.
Paso 6
La adaptación física al dolor está indisolublemente ligada a la adaptación psicológica. La corteza cerebral es capaz de ablandar o eliminar por completo la sensibilidad de una persona. Cuando un atleta siente que su lesión no es fatal, puede desconectarse del dolor y concentrarse en ganar. Hay casos en que los luchadores con huesos rotos, dislocaciones y grietas se convirtieron en campeones.
Paso 7
El atleta debe aceptar el hecho de que le dolerá de antemano. En este caso, lo sucedido no será una sorpresa y no provocará un pánico y ganas de rendirse. Por lo tanto, queda claro que la victoria sobre el dolor consiste en el entrenamiento físico y el esfuerzo voluntario del atleta.